miércoles, 31 de octubre de 2012

El último YSL de Pilati


Cuesta acostumbrarse a los cambios. Y que YSL pase a llamarse ahora Saint Laurent puede provocar un equívoco tan tonto como el que me pasó el otro día al buscar la última colección de Pilati para la firma en style.com por la letra Y y no encontrarla.

Ahora está en la S, en Saint Laurent.

Aunque para ser exactos el nombre no ha desaparecido. Según un comunicado enviado por la firma se mantiene ‘Yves Saint Laurent’ como nombre de la marca. ‘‘Saint Laurent Paris’ se utilizará para el logo pero para referirnos a las colecciones de pret-a-porter debemos decir únicamente ‘Saint Laurent. Además recuerdan que cuando la colección esté diseñada, fotografiada o bajo la supervisión de Slimane se ha de poner  ‘Saint Laurent by Hedi Slimane’.


Pero yo había venido a hablar de Pilati. De su última colección, esa que cierra ocho años de colecciones con un altísimo nivel y que puede ser un buen resumen de sus influencias y estilo durante estos años: gusto por la oscuridad, las mujeres poderosas que no suelen buscar siluetas fluidas y aniñadas.

Esta colección está marcada por el cuero (uno de los tejidos estrella de la temporada) y el erotismo que desperende, por el protagonismo del patronaje para conseguir esos hombros que definen esa silueta de influencias ochenteras, por las calas, que aparecen bordadas, estampadas o en forma de complementos, y actúan como contrapeso femenino y delicado, y por la cota de malla en prendas para la noche para continuar con ese doble juego de fragilidad y dureza que está presente en toda la colección.

Hay toques asiáticos que se verían en varias colecciones de la siguiente temporada, toques futurísticos en abrigos que recuerdan al de Neo en Matrix y también homenajes a la prenda estrella de la casa: el esmoquin.
 
Una colección pequeña, de tan solo 38 salidas, pero bien equilibrada y mejor presentada que sin embargo quedó eclipsada por la noticia del despido de Pilati y la contratación de Slimane.

Ahora solo toca esperar para ver el trabajo de Pilati para Zegna y desear que su debut sea mejor que el de Slimane en la marca cuyo nombre no estoy segura de decir adecuadamente a las normas de Hedi Slimane.

jueves, 25 de octubre de 2012

Las 5 Bs

La búsqueda de las 3 B es el santo grial de cualquira a la hora de salir a comprar: bueno, bonito y barato. Por supuesto es casi una quimera. 
Hay mil gráficos que explican cómo puedes tener dos de esas tres Bs y el resultado más habitual de las distintas combinaciones: lo bueno y bonito es difícil que sea barato, lo barato y bonito probablemente no sea bueno,  y lo bueno y barato rara vez es bonito.


Pero también sabemos que es difícil desistir de esos tres conceptos quimera cuando buscamos algo. Y yo no soy una excepción.
Por eso hace unos días lancé en FB una pregunta al viento: "¿Alguien tiene localizado un bolso bueno, bonito y barato en piel negra que me pueda recomendar"? y Nuria Brussosa aprovechó la oportunidad para darme a conocer la marca familiar, que allá por los años 50 crearon sus tías y caí rendida.


Y otra vez gracias a las nuevas tecnologías, y que a pesar de tener su tienda en Barcelona hoy todos podemos disfrutar de sus bolsos y complementos tan solo a un golpe de click gracias a su tienda online, recién estrenada y que pone al alcance de cualquiera piezas de piel de una calidad, acabado y diseños estupendos, un deseo de sus clientas más fieles que llegaban a comprar vía mensajero y gracias al cual ahora están disponibles para cualquiera (de momento en Europa).

Así que las 3 B son posibles, y mejoran mucho cuando le añades otras dos: las de básico de Brusssosa. Yo ya formo parte del club.

martes, 23 de octubre de 2012

Famosas EBs y lo que nadie se atreve a decir

Que internet ha supuesto una revolución absoluta para la moda no es ningún descubrimiento. Lo que no tengo tan claro es que en algunos casos esa revolución realmente haya sido positiva, principalmente para algunos consumidores que están completamente desinformados de las prácticas de trabajo de algunas marcas con esas nuevas prescriptoras que son las "egobloggers de moda".


Aquí lo fácil sería criticar a esas chicas que un día decidieron que ellas eran tan estilosas como la que más y que su estilo y su ropa merecía tener un lugar en el que mostrarlo. Algunas incluso lograron conseguir cierta fama y empezaron a recibir regalos, invitaciones y una pequeña popularidad que aunque discutible, tiene el valor inconfundible de la identificación de cualquier persona que se pone frente a la pantalla del ordenador y puede sentirse más o menos representada en esa normalidad real.

Para mi el verdadero tema y del que nadie habla porque a nadie le interesa es el que manejan las revistas, marcas y agencias de comunicación al "calor" de este fenómeno. Han creado una red de "egobloggers famosas" con las que promocionar cientos de productos ligándolos a la prescriptora popular de turno sin usar casi nunca el cartel de publicidad en el blog.

La lista es larga y no deja de crecer:  Clara Alonso y Alba Galocha en Vogue; Caritina Goyanes, Teresa Baca, Mar Flores y Ana Antic (estilista en la sombra de Sara Carbonero) en Telva; Ariadne Artiles, Bimba Bosé y Laura Sánchez en Glamour, Patricia Conde, Adriana Abascal, Vanessa Romero, Susana Uribarri, Silvia Casas y María José Suárez (entre otras) en Hola; o Eva González, Raquel del Rosario, Vicky Martín Berrocal y Miriam Pérez en Elle capitaneadas por la reina de las EB famosas patrias: Paula Echevarría.


Entre todas forman un ejercito que tienen como único objetivo ganar mucho dinero haciendo que se agoten prendas, lacas de uñas o complementos mientras pretenden hacernos creer que viven en una perpetua imitación de Carrie Bradshow en una sucesión de fiestas, presentaciones y ganas de contárnoslo todo, eso sí con un lenguaje profundamente infantil en la mayoría de los casos, a nosotras, afortunadas mortales, para que comprándonos esas baratijas o la versión low cost de sus zapatos de firma podamos ser un poquito como ellas, e incluso nos atrevamos con esas cosas que nunca nos pondríamos y que al ver en una revista eres capaz de intelectualizar y decir "eso no es para mi" pero al vérselas a ellas tan monas (o no, porque algunos de esos estilismos son de fusilamiento) y tan falsamente accesibles creemos que nosotras podemos ser iguales.

Yo parto de la base, y mientras no me enseñen los tickets de compra no cambiaré de opinión, que todo lo que sale en esos blogs es regalado, prestado o simple "product placement" como la mesa del desayuno de Médico de Familia, pero no tengo claro que todo el que lo visite piense igual. Es más, me inclino a pensar que mucha gente piensa de buena fe que realmente ellas pagan de su bolsillo gran parte de lo que ahí se enseña, pero nadie piensa lo mismo cuando las ven en páginas claramente identificadas como publicidad hablando de las maravillas de un champú o lo bien que les sientan unos vaqueros. Y ahí está para mi la raiz del problema.



Y es que para enseñar el estilo de alguien famoso, que reconozco que si de verdad tiene interés yo soy la primera a la que le puede gustar, no hacen falta 500 fotos con poses absurdas y primeros planos de etiquetas estratégicamente situadas. Basta simplemente con secciones tan bien pensadas como "Today I'm Wearing" en Vogue UK en la que con una foto, dos si el look realmente lo merece, y un pequeño texto una celebridad nos enseñan su estilo durante un mes, tiempo más que suficiente para descubrir trucos, estilo y marcas.

Otro ejemplo del "Spain is different" y de la oportunidad perdida de hacer algo bueno para todos y no solamente para los bolsillo de los de siempre.