AVISO: PUEDE QUE EL SIGUIENTE POST TENGA ALGÚN SPOILER DEL PRIMER EPISODIO DE LA QUINTA TEMPORADA DE MAD MEN.
El que crea que Mad Men es la serie de moda por su estética de los años 60 está equivocado (si cree que la estética es de los 50 entonces merece la guillotina). Es la serie de moda porque es una obra maestra. El guión, los actores, y por supuesto el vesturio y la decoración encajan como piezas de un puzzle perfecto. Porque aunque la estética sea una parte importante, si lo demás falla, el producto es mediocre, y no hay más que ver el ejemplo de Pan Am.
Los buenos diseñadores de vesturario hacen algo más que vestir a los personajes con ropas de la época o seguir las tendencias. Hacen que la ropa hable por el personaje, como lo hace a gritos la chaqueta de Pete Campbell se poner para asistir a una fiesta en un junio de 1966 especialmente caluroso.
Esa chaqueta es la chaqueta de un viejoven, de un hombre con un pie en la oficina y la otra en el club de campo, un hombre al que su mujer le compra la ropa y que sabe que esta chaqueta grita más alto y más fuerte "casado" que el anillo que lleva en el dedo. Es la chaqueta de un hombre dócil. Es la chaqueta perfecta para ese vestido tan Valentino que lleva Trudy. Es la clase de chaqueta que Don Draper jamás se pondría.
Janie Bryant, la diseñadora de vestuario de la serie, no solo conoce las modas y tendencias de esos años. Las escoge y disecciona para que la ropa diga lo que los personajes callan. Algo de suma importancia en una serie en la que los silencios y lo que no se dice es tan importante o más que lo que se cuenta.