Creo que la clave de todo esto es más que Mad Men, Don Draper. Todos los diseñadores quieren un hombre como él y como nos quieren bien a las mujeres de todo el mundo, otro para nosotras, y por eso deben pensar que la mejor forma de conseguirlo es convirtiéndonos en Betty Draper o en Joannie en su defecto (yo soy del team Joan por todo).
Y en este 2010, cuando la serie va por su tercera temporada (ya finalizada, y están a punto de empezar a rodar la cuarta) parece que ha sido la explosión y su influencia no deja de verse por todos lados.
Pero ¿quién fue el primero en ver el potencial de la serie e incorporar su estética a una de sus colecciones? Pues Michael Kors, que en febrero de
2008 presentó su colección de otoño para ese mismo año con pases como estos, en los que se puede identificar perfectamente a la esposa de los suburbios, a la secretaria jaquetona y a la mosquita muerta que quiere trepar.
y si en las mujeres la inspiración es clara, al ver las propuestas de hombre no queda ya ninguna duda
Por supuesto que en este desfile también hay mucho JFK/Jackie, mucha Marilyn, mucho Hitchcock, sobre todo Grace Kelly y "La Ventana Indiscreta", cosa que no es de extrañar ya que la filmografía del inglés es una de las principales fuentes de inspiración de la serie.
Muchos 60's al fin y al cabo, por lo que todo acaba resultando un circulo vicioso de influencias, ya que la serie también bebe de todo esto.
Fijaros si Michael Kors era (y supongo que seguirá siendo) fan de la serie, que en el otoño de 2008 si te gastabas más de 350$ en comprar algo en su tienda online te regalaban en DVD la primera temporada de la serie. Así que por lo menos habrá que reconocerle su buen gusto en cuanto a series de televisión se refiere y su buen ojo en adelantar las tendencias que veremos en el próximo invierno: faldas con volumen, vestidos estampados, la vuelta con más fuerza que nunca de la piel,...
Pero el "afluente" ha ido más allá de la moda. También ha llegado al cine y ha sido de la mano de lal moda, por supuesto. "A Single Man" de Tom Ford es puro Mad Men en su estética, algo premeditamente buscado por Ford al contratar al director artísitico de la serie, Dan Bishop.
Y debo decir que la estética es la parte más fascinante de toda la película. Las imágenes son poderosísimas y es de esas películas que puedes ver una y otra vez y sigues encontrando detalles en los que fijarte y alucinar con ellos. El único problema (y que por desgracia no es pequeño) es la debilidad del guión, que convierte esas imágenes tan poderosas en algo sin gracia.
Una verdadera pena.