martes, 19 de abril de 2011

W.E.

Si hoy por hoy está todo el mundo revolucionado con los preparativo de la boda de William y Kate es  en parte por culpa de otra boda que se celebró en Monts (Francia) el 4 de mayo de 1937 y que cambió el curso de la monarquía británica: la de Wallis Simpson con el que había sido Eduardo VIII y que renunció al trono para casarse con una mujer divorciada (y no haré comparaciones que ya sabemos que son odiosas).


Wallis, una de las mujeres más elegantes de su tiempo, (decía que ya que no podía ser  guapa por lo menos sería sofisticada) escogió a Mainbocher, un norteamericano que gozó de gran fama y prestigio en los primeros años del siglo XX y que hoy está prácticaente olvidado como diseñador de su ajuar y de su vestido de novia, y aunque por las fotos en blanco y negro, de Cecil Beaton ni más ni menos, pueda parecer blanco era en realidad azul. Un tono de azul que se bautizó como "Azul Wallis" y que se dice que hacía juego con la decoración del castillo de Charles Bedaux dónde se casaron.


Poco después de su boda con el Duque, Wallis protagonizó una sesión de fotos en el mismo castillo donde contrajo matrimonio, el Château de Candé con Beaton, con la intención de mejorar su imagen pública. El vestido elegido para esa sesión de fotos fue el icónico "vestido Langosta" de Elsa Schiaparelli (de la que era una gran clienta. De la colección de verano de 1937 se compró más de 18 trajes) que surgió  de la colaboración de la diseñadora italiana con Salvador Dalí.

De esta sesión salieron más de 100 fotos y Vogue publicó un reportaje de 8 páginas con ella. Lo más curioso es que si bien con esta sesión se pretendía mejorar la imagen de ella, unas declaraciones de Dalí desvelando el simbolismo sexual de la langosta hundió un poco más la reputación de Wallis.

 
Y como el mundo está lleno de casualidades, Madonna compró en 2001 la casa de Cecil Beaton  en Wiltshire cuando esta salió a la venta y está a punto de estrenar en el festival de Cannes su última la película como directora en la que cuenta la historia de una chica que se obsesiona con el amor de Wallis Simpson y Eduardo titulada "W.E", y que es en realidad de lo que yo quería hablar y no encontraba excusa.

miércoles, 6 de abril de 2011

Tópicos del mundo de la moda. Capítulo 1: Zaras que parecen Balenciagas


Este tópico también os lo encontraréis circulando por ahí bajo la frase "Yo soy muy de mezclar Zara con Prada" o algo por el estilo (tópico en el que también cae la periodista en la entrevista que podéis leer aquí).

Dejando a un lado la evidente falta de modestia de este titular, esto nadie se lo cree ya que es imposible que Zara parezca Balenciaga a no ser que no tengas ni puñetera idea de moda, yo me ofrezco voluntaria para el siguiente experimento: llevar Balenciagas y hacer que parezcan Zaras. Yo sé que podré conseguirlo. Es lo que tiene no ser tan estilosa. Aunque imagino que a Ghesquière mi propuesta no le hará demasiada gracia.
Creo que mi afán científico y mi afición a demostrar empíricamente las cosas está abocada al fracaso.