Lo que escondía el backstage de Oscar de la Renta

En todos los desfiles, durante los últimos días, hay un momento en el que el diseño y el patronaje pasa a un segundo plano y pasa a tomar el protagonismo el estilismo. La misma colección, en función de decisiones tan aparentemente tontas como el maquillaje, la peluquería o cómo colocar un cinturón cambia por completo. Lo que en un caso puede transmitir elegancia o rebeldía en otra transmitirá la alegría de vivir de los locos años 20.

 Y todo forma parte del mensaje. Hasta la última horquilla

Por eso la última colección que diseñó Galliano para Dior, el O/I de 2011 presentatada tan solo dos semanas después de su despido fulminante nació coja. Se notaba perfectamente que los últimos retoques no habían sido realizados por él y las salidas carecían de una coherencia necesaria entre sí.

Ayer en el desfile de Oscar de la Renta se prohibió acceder a la prensa y a los fotógrafos al backstage. Algo lógico porque el nuevo becario de la firma, John Galliano, hubiese robado todo el protagonismo a la colección que se estaba presentando, y aunque toda noticia que hable de la marca es buena no hay que olvidar que el negocio es vender ropa.

Pero cualquier ojo conocedor del estilo de Galliano pudo ver su mano en esta colección. En detalles como un mayor uso de transparencias en vestidos, trajes de chaqueta de corte casi idénticos a los que hizo Galliano en aquella colección de P/V en 1995, lasn ondas al agua en el pelo y el maquillaje drmático, el movimiento de las capas que pudimos ver en esa última colección de Dior o complementos como esos sombreros con rejilla nunca antes vistos en de la Renta.

El desfile continúa la línea imparable de Oscar de la Renta de presentar una colección ligeramente superior a la anterior manteníendose siempre en una sobriedad y modernidad al alcance de muy pocos, pero en esta ocasión el estilismo consigue llevarlo a un nivel superior. Y eso siempre es bueno.

 

Fotos del instagram de Nina García y Cxmm